Me dices que tienes conciencia. Pero veo incongruencia en tus afanes, en tus defensas, que tienes detrás un extraño parámetro de valores, tan dispares, tan fugaces. No puedo creerte cuando das golpes a tu pecho gritando muerte y muerte y muerte con el rostro rabioso. Gritando te apoyas y agitas manos retorcidas y salvajes. Tienes a capricho tus afanes. ¿Hablas en tu nombre o en nombre de otros, con palabras de otros? Al final es una montaña de excusas retorcidas para un objetivo que desborda la lógica de la justicia y la deprime. Reflexiona. En la soledad del pensamiento, contigo en soledad. No des un paso más en la causa de deshumanización del hombre, no contribuyas. Yo no puedo, no puedo. Es necesario enfrentarlo. Me dices que tienes conciencia. Usala.
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.