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EL BUENO DE PAPÁ NOEL

Y regresa la Navidad con su carga emotiva, la inquietud y el alma a flor de piel; sí, es cierto que estos días tienen un carácter especial y muchas veces medimos nuestras historias personales en base a las benditas fechas navideñas. Lo curioso para mí es que se trata de un estado de ánimo más que cualquier otra cosa, una apertura del espíritu, y eso que pasé del desprecio a la Navidad a sentirla muy dentro, como cáncer bueno. Y supongo que se basa en mi formación cristiana y la especial relevancia de eso en una persona que piensa en Dios y en lo que significa creer en Él de forma digamos positiva, sin fanatismo ni orgullo expresado a los cuatro vientos. Algo íntimo y silencioso que recorre el pensamiento, con lo que ahora toca pensar en el Hijo del Hombre, Jesús el Niño, Belén y el pesebre. Y ya está, ya sabes lo que viene ahora.
Ahora viene hablar de el fantoche que se viene imponiendo desde hace tiempo, la cosa llamada papá noel o santa claus o lo que demonios sea. Ya resulta realmente repelente ver el cacharro ése en las plúmbeas películas americanas que empiezan a programar ya en televisión y cine, pero ver las calles repletas con imágenes y gentes vestidas de rojo hortera y estúpido y los malditos renos y esa bondad hipócrita y bastarda que emana de todo su universo es algo que me rompe la clavícula y me atomiza la esperanza en el género humano hasta la náusea. Bien está intentar dar un sentido no religioso a esta fiestas, pero podrían haber empezado por el ramadán o cualquier otra expresión religiosa ajena a la cristiana para clavarnos ese ampuloso y despreciable ser, creo yo. Porque lleva en su saco y su trineo lo peor y más sucio de la cultura occidental; ver cómo aparece cada año por mi vida me deja hundido, roto y francamente enajenado. Y me imagino el saco lleno de perfumes, medias, jerseys, mentiras, muebles suecos, ropa sueca, contratos suecos y aburrimiento sueco (lo que hace trabajar para empresas suecas, Dios mío). Y horterada made in USA, de la que gustas vomitar.
Por favor, a quien corresponda tomar cartas en este asunto le pido que erradique ya a este perturbado. Si se necesita crear una figura navideña no religiosa, hagan otra cosa, no sé, una especie de mascota olímpica y de los mundiales, un naranjito de Navidad, pero no traigan al tarado cada año o moriremos todos de repugnancia suma. Leí tiempo atrás que la figura ésa fue creado por coca cola en torno a los años treinta, basándose en la figura norteña de santa claus, y quizá por eso se asocia su presencia al consumismo más irresponsable y al empacho sentimental más barato. Santa coca cola, lo recordaré cuando vaya a beber un refresco.
Jesús, Tú naciste para redimirnos a todos, yo te pido ilumines a los ateos y a los imbéciles para que celebren su Navidad no religiosa de otra forma, algo que les haga comprender que esa idea de estas fechas es no únicamente estúpido, sino simplemente depresivo e irracional . Si no creyese en Dios aborrecería la Navidad como una fiesta de iluminados espiritualistas en vez de crearme un sucedáneo de sabor ocre y surrealista extremo, porque ya me direís, por ejemplo, qué pinta santa claus y su mercadotecnia en un pueblo de Teruel, en Granollers, Calatayud e incluso Segovia, por no hablar de esa presencia espantosa campando por Cuenca, digamos por decir.
Yo celebraré la Navidad hermosa, la que merece la pena, aunque también voy a instaurar una costumbre personal cada año: quemar al gordo despreciable de rojo cada año (un peluche, no vayaís a pensar mal).
Amén y santas pascuas.

Comentarios

  1. Bien está intentar dar un sentido no religioso a esta fiestas

    Pues hombre precisamente bien no creo que esté. Intentar imponer sucedáneos "laicos" en estas fechas, como Papá Noel o el solsticio de Invierno, es una estupidez como una casa.

    Porque en Navidad precisamente se celebra un hecho religioso: el nacimiento del niño Jesús, centro de cualquier religión cristiana.

    Si no celebras eso, ¿que coño celebras en Navidad? ¿las rebajas de El Corte Inglés? ¿La constitución?

    No es que sea un fanático religioso, es que tengo sentido común y "memoria histórica" acerca de lo que se celebra, desde que se instauró el 25 de diciembre como celebración del nacimiento de Jesus, en el concilio de Nicea, en el año 353.

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  2. El buen salvaje se documenta, pero el general afirma que:
    Los tontos necesitan sucedáneos, los tontos son legión (abre la ventana y mara), los tontos buscan celebrar su propio vacío, deja a los tontos que rían, pobrecillos, qué sabrán ellos de Nicea (o el General, que nada sabía de eso) y de Jesús en su nacimiento. Ellos necesitan matasuegras y el último móvil para celebrar nada. Déjales, pobres, déjales

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