Ha muerto Pinochet, ha muerto. Dijeron que hacía teatro, que evadía la justicia y demás historias, pero la realidad de Pinochet es que estaba tan a gusto disfrutando de la vejez. El General no entra ni sale en su trayectoria personal, la cual no parece excesivamente modélica, pero sospecha que este Pinochet subió al poder gracias al Salvador habitual de las izquierdas, un tal Allende en este caso; entonces el mal engendra el mal y un perro devora a otro. El odio genera este tipo de situaciones: Allende montó el puzzle de la intransigencia y Pinochet se lo quedó, dejando algunos huesos por el camino. El General ha visto imágenes de la multitudinaria manifestación de alegría por su muerte; el locutor, embriagado, afirma que eran miles y miles, pero las imágenes daban pena: apenas una banda de gritones. El locutor era de TVE y nos advierte que las imágenes son del FINAL de la manifestación. Le damos las gracias y que duerma bien. En cualquier caso, Pinochet ha muerto y la berrea nos dejará en paz un tiempo. Alegrémonos de esto, al menos...
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.
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