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MADRID ABIERTO

Dentro de veinte días el hermoso alcalde de Madrid comienza a inaugurar los agujeros que ha ido abriendo los últimos años, y que ahora se convierten en trenes, metro, vías soterradas, parques y demás historias. Y el general piensa que por fin vamos a disfrutar de todas las maravillas que prometieron allá por el Cretácico superior estos buenos gestores nuestros. Qué podemos decir, al final este desgraciado alcalde nos saca cosillas para el pueblo y con un poco de cerebro descubrimos que sí, que algo hace. Además, la Espe toma nota, se pica y horada por todos lados para no ser menos; lo que pasa es que la presidenta inaugura a lo loco y cualquier día declara abierto este solar que ya-veremos-qué-será-será. Una lágrima agradecida brota y surca nuestras mejillas ante la ciudad embellecida. Ahora sólo falta que termine las miles de obras que forman el bosque del asfalto y cierre el suelo por un tiempo, a ver que tal se vive por aquí, no a ver que tal se vivirá cuando terminemos la mastaba.
El general, pícaro él, se imagina que esto tiene que ver con las próximas elecciones, pero es un mal pensar y hay que demostrarlo, para lo que hay que documentarse, para lo que no hay ganas. Además qué quieren, los socialistas tienen aspecto de ganar las elecciones y dejarnos como legado un solar de verdad, sin agujero ni nada, y encima editando folletos de ésos que no dicen nada y parecen tan útiles: el medio ambiente, vive tu ciudad, úsalo, póntelo, acéptalo, trágalo, pega a tu profe con gracia y tolerancia cero (ya sabeís, política progresista de panfleto y nada más mientras la caja vuela lejos).
En fin, puestos a pensar mal, me gustaría que los pisos de protección se adjudicasen de verdad por sorteo limpio, que se erradicase su venta fraudulenta (se puede ¿verdad?) y que los amigotes del poder grande y pequeño tengan las mismas o menos oportunidades que los vulgares mortales en conseguir las ayudas públicas. Es mucho pedir, pero se puede, digo.

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