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ENCAJANDO

El problema que hay al ir por ahí a cara descubierta es que la partan. El problema de sonreír hoy día en el año 2007 es que se quede el rictus congelado. Si abres los poros de la piel te lo van a afear, si dices tus ideas reales te tiran al río, si discrepas reza lo que sepas. Si no fuera porque estamos gordos diríase que nos hallamos en un campo de concentración nazi, donde mataban a uno delante del resto y todos bajaban la cabeza. Claro es que quedan personas de mérito, admirables y honestas, pero es que la mayoría tenemos los índices de cinismos disparados, cual si fuera colesterol incurable.
Y vamos por la vida callados y preocupados, sin pensar en el mañana, aquí paz y después gloria, hagáse el silencio, no os movaís o se acaba la fiesta. Y los años pasan y nadie mueve un dedo por cambiar. Se pasa la vida sin hablar muy alto; y se desespera uno sabiendo que algo está roto y siendo incapaz de detectarlo. Reparando goteras del alma cuando fuera no llueve realmente.
Así, en pequeños mundos centramos nuestros trabajos e iniciamos una especie de despegue hacia el absurdo, la incompresión y el estándar modélico; por eso las películas hechas de ruido puro, las canciones a gritos y las modas a cada segundo diferentes: por vivir muchas vidas, todas incompletas, sin huella, silenciosas. Roñosas y débiles como los cuerpos del mañana.
El tiempo que se nos ha concedido se esfuma entre gritos y desvaríos sin fin y nos queda la esperanza de contemplar el telediario más viejo, gastado del mundo, preparado en torno a las mismas ideas cada vez, cada día, cada cadena.
Cena rápida, comida descuidada, medios y medios en nuestra mano que jamás empezaremos a comprender o utilizar, millones de ideas de un segundo, tecnología desbordada, blu-ray mañana para la ansiedad de hoy. Se inundan los apetitos estrafalarios.
¿Comprendes? Es necesario encerrarse en una caja propia para escuchar tus latidos, sueños, pretensiones, respiraciones hasta que escampen estos tiempos de plomo virtual, de enfermedades opacas y de muertes sin valor, mientras al otro lado se escuchan voces desamparadas que nadie en su sano juicio va a escuchar; y mucho menos aplacar.
Una cajita impermeable para este señor tan bueno...

Comentarios

  1. Me quedo con esta frase. General: Se pasa la vida sin hablar muy alto

    ¿PARA CUANDO ELALTAVOZ.ES?

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