Ir al contenido principal

DERROTA

La derrota está ahí mismo, palpándote; sabes llegar titubeando, lloras, te encoges, quieres salir y entras, vas directo al desastre, aferrándote al no.
Y te caes con tu pequeña derrota en el buche, sin querer y queriendo, por ver qué tal sienta.
Así todas las derrotas de tu vida, guás indeformables que conforman tu paisaje lunar del pensamiento. Cada fracaso te aleja de tí y te acerca a tu esencia, enseñando las heridas de la vida. Pero ¿es agradable la caída? Difícilmente reconforta y, a la vez, te da calor: Por eso ardes con calor enfermizo, por la miseria que atesoras en tus faltas y volantazos salvajes.
Jugando al fuego de siempre reconforta saber que el vecino es tan tonto como tú, y cualquiera se rie histérico de aquellos que muestran sus penosas debilidades en el rostro.
Y no consienten que miren los propios rostros derrotados, acabados las noches negras de nuestra desolación.
No sabemos escoger el camino limpio y la siembra rebosa fruto amargo.
El suelo se tambalea, comienza el descenso, te aferras al no quiero, no puedo. Vente abajo con tus iguales, cógelos de la mano, llora sin fin.

Comentarios