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ESOS SEIS

Parece un chiste ("Van seis soldados en un carro...") y sin embargo es una tragedia ("...y saltan por los aires"). Parece que todos se entristecen ante la desgracia pero hay alguno que se la sopla. Pobres seis, seis niños, como ha dicho una madre a Zapatero, ese hombre. Seis niños tirados por una tierra extraña con equipaciones de bazar chino. Si han despertado de la muerte seguramente se preguntarán la razón de no estar debidamente preparados para actuar en una zona en guerra, seguramente sentirán un leve malestar al ver la medalla de saldo que han recibido por entregar su vida, seguramente gritarán en el vacío al comprobar que los coches de ellos si tienen los dichosos inhibidores, todos ellos con su inhibidor para pasearse por recepciones, presentaciones, mítines y demás utilidades poltronescas.
Alonso, ministro de los seis sacrificados, dice que había un plan para instalarlos, pero llega tarde. Qué raro. Y se planta con toda su cara (dura, muy dura), su camisita de marca y su aspecto de pijo turista a ver qué pasa, pone cara de compungido y sale disparado en un coche con inhibidores de frecuencia. Y dice que sí, que ya estaba en marcha el aparatejo, pero primero era Afganistán. No, hijo, no, primero es tu coche y el del presidente.
¿Y cuánto cuesta un inhibidor, cuánto un BMR, cuándo un soldado? Poco, desde luego. La clase obrera e inmigrante tiene eso, que hay un montón, qué importa un chaval de ésos si hay miles...
Esos seis han muerto por nada, por nadie, en un lugar donde no hay guerra, a lo que se ve, en un picnic, vamos.
Pues se ponen otros y a tirar por misiones de paz en lugares de guerra. son seis los nuevos muertos de las mentiras de un partido obrero, tolerante, implicado con la sociedad.
Un hermoso legado.

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