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UN CUENTO BREVE

Casi al punto de alcanzar la cima de la tremenda montaña, el alpinista quedó ciego. Después de un instante de reflexión, imaginó largamente el paisaje desde la cumbre hasta el valle con sus recuerdos visuales, sonrió y cubriéndose el rostro con las manos se tumbó en la nieve. Estaba solo.

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