Ir al contenido principal

GALGO EN ASFALTO

Hay un galgo en la rotonda, desafiando el tránsito y trotando erguido. Va como de paseo despreocupado, su cara alargada muestra la angustia y pasan los coches a su lado, le van a romper la crisma tarde o temprano, hay un galgo.
El sol reparte fuego, los coches respetan de momento su camino como si fuera un carro antiguo, el galgo llora y gime pero avanza locamente en terreno hostil, no respeta las señales, únicamente sigue el dictado de su mente enferma, no busca árboles, trota en la carretera, con un plástico al cuello. Qué hará sino recordarnos que existen y quieren ir locamente por el asfalto. Va a morir loco y solo en la carretera.
Quizá no y supere la locura del tránsito desesperado de los hombres y sus máquinas, cerebros de plástico; si, señor, hay un galgo despistado rodando por la carretera y nadie hace nada por él sino esquivarlo y perdonan su estupidez.
La luz brilla sobre todos nosotros mientras ocurren hechos así, tan leves y distantes que nadie se ha enterado de que hay un perro alargado que no sabe qué demonios es la carretera y porqué no es suya también.
Ayer, sin embargo, lo que había era una mujer tendida en la misma carrtera, herida y reventada.
Ya llegaremos.

Comentarios

  1. Un poco gore ¿no? claro que, viniendo del Górez, tiene su lógica.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Habla, protesta, rectifica, grita...