El aire se esfuma y vuelve, tiene las horas contadas; trae voces y risas absurdas. Hace frío y las nubes oscurecen la fuerza de un sol en retirada y tenemos la ciudad en sombra.
¡Cómo corren todos, afanados en desmanes y trabajos reptantes! ¡Cómo informan de las caídas y subidas de la bolsa incomprensible! Andando en cadena asentimos, porque han subido la luz y el teléfono y el gas y el pan, pero no debemos preocuparnos, estamos en occidente, donde hay de todos para todos.
Luego miras arriba y es la misma luz de siempre, tan sutil que apenas come la piel, y diríase que cada cuerpo es un mundo y cada mundo no desvanece. Hay un cambio de luz que significa rearme de parejas.
No hay parques donde llorar en silencio, en esta ciudad.
¡Cómo corren todos, afanados en desmanes y trabajos reptantes! ¡Cómo informan de las caídas y subidas de la bolsa incomprensible! Andando en cadena asentimos, porque han subido la luz y el teléfono y el gas y el pan, pero no debemos preocuparnos, estamos en occidente, donde hay de todos para todos.
Luego miras arriba y es la misma luz de siempre, tan sutil que apenas come la piel, y diríase que cada cuerpo es un mundo y cada mundo no desvanece. Hay un cambio de luz que significa rearme de parejas.
No hay parques donde llorar en silencio, en esta ciudad.
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