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LA GRAN CRISIS

¡Mira! El hervidero está candente, las masas se mueven, pero no en una dirección. Si hacemos caso a nuestros maestros de bondad, deberemos dejar de beber, de fumar, de correr, de bañarnos, de reír, de conducir, de encender, de lavar, de medicarnos, de todo.
Mientras la gente mira con aire neutro, los otros se apalean, violan, roban y se caen con estrépito. Es, sí, la crisis más compleja que hemos visto nunca, pues no hay capitán ni timonel ni tripulación a cargo, y así con una bombilla de bajo consumo arreglamos la crisis, conduciendo a 70 centímetros a la hora ahorraremos combustible, mil y pico funcionarios paliarán las cifras del paro, reflotando empresas podridas iremos capeando el temporal. Y, sobre todo, abortando en gran escala la gente sonríe, sonríe, sonríe.
¡Maricones, reíd! Es vuestra era, todos os miran, el mundo gira y gira a vuestro alrededor en un Chueca gigante y peliagudo. Asesinos, cargad vuestra sed de muerte, batidoras a toda máquina.
Porque es el tiempo de matar, matar. A tu pareja, a los maquetos, a los nonatos, a la honestidad.
También es interesante robar mientras haya dinero y valga algo.
Hubo una vez unas bestias que hicieron lo mismo sin tanta ceremonia, con sus campos de concentración y todo.
Los hermosos monfloritas adoptan un niño y le visten de Dolce y Gabanna. Las chicas se quitan de enmedio el fardo y todos odian a los inmigrantes. Políticas sociales, bombillas y uniformes virtuales.
De bestias, alimañas, ratas, mas no seres humanos.
Quizá otra especie, pero no la humana.
¡Alzad los brazos y rendid cuentas a los nuevos Führer!

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