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GRACIAS POR LA IGNORANCIA

¡Ah, compañero, camarada! Cuando no te quede esperanza, cuando el dinero falte y el tiempo aplaste tus miserias, tu necesidad, acuerdate de a quién debes tu decadencia, tu ruina, tu debilidad. Cuando el castillo se derrumbe a tu alrededor, acuérdate del orgullo con que votaste y defendiste tus opciones, pensando quizá que debías tu bonanza al presidente legendario, serio, preparado.
Y en esto llegan las horas del subsuelo, la suciedad, la podredumbre, los pasos insolventes y las sombras anidando en torno a tí. Quizá puedas sonreír cuando recuerdes que las fosas están siendo abiertas, sin importarte que con el dinero podrías aplacar tu hambre, mejorar. Acuerdate cuando el dinero destinado a paliar tu derrumbe acabe en manos asesinas, los solidarios abortistas, los ministros criminales de igualdad, los ladrones progresistas.
Compañero, recuerda a quién debes tu riqueza, y disfrútala. Millones de almas ignorantes, incapaces, a las que debemos la inmensa suerte de contar con los más capacitados lerdos iletrados de nuestra nación, torpes, incapaces, asesinos, irracionales supremos.
Reíd, reíd, que gritemos todos en alto: ¡fuera el dictador!, mientras el presente se despereza en las cunetas vacías, pobres. Viva el conocimiento, la venta racional del oro, que vale tan poco hoy en día, obsoleto, antipatriota. El mundo al revés, 12 millones de votos.
Es inútil, no se van.
No se van, están pegados. Para nuestra infinita desgracia.

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