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BUENO Y LIBRE

Mamadú, eres un buen hombre.
¡Qué bien que estás por aquí, amigo, amigo siempre! Que de cerdos estamos llenos, en este país a la deriva. Libéranos de nuestra opulencia, enséñanos a bajar la fiebre.
Mamadú, quédate con nosotros, vigila la calle, quédate en Marbella, mirando, vigilando. Tanta miseria, tanta miseria...
Hombre grande, libre, entero.
(Mamadú, inmigrante sin papeles, recogió a una niña en la calle a la que su padre había dejado abandonada en su coche mientras él, sucio inútil, pagaba a una prostituta y se emborrachaba. A pesar de su situación, este hombre no dudó en llevar a la niña a la comisaria).

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