Ir al contenido principal

MALDITO

Oigo una llamada que no puedo atender, tanta es la urgencia cotidiana. Y cada vez se distancia más y pasan días silenciosos sin el rumor en mis oídos recordandome que algún día escucharé asintiendo. Probablemente esto es el fracaso: ser incapaz de romper el camino y seguir allí donde se me requiere. Gesto común a todos. Dichosos aquellos que se estrellaron soñando en su destino, cada golpe recibido, cada fracaso, cada noche oscura.
Lo cierto es que los días son mas grises y el cerebro se comprime deseando olvidar aquello que queríamos recordar siempre, a la vez que el juego de cada jornada nos engulle con ansia de bestia cruel e injusta. Al acostarme procuro evitar el frío tapándome bien y vertiendo las lágrimas lejos de las sábanas.
Comer, beber, dormir mientras la llamada insiste ya sin esperanza ni fuelle, Diógenes frustado de cosas muertas, el oído atento a cualquier cosa que signifique olvidar un aviso en espera constante.

Comentarios

  1. Pero, hermano, ¿cuál de los muchos Diógenes? no es lo mismo ser un cínico (de la escuela filosófica, no un imbécil) que un estoico o un físico.

    Pequeñas diferencias que dan igual, la verdad.

    Saludos de un cretino.

    ResponderEliminar
  2. Diógenes el acumulador de cosas, pienso yo, tron

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Habla, protesta, rectifica, grita...