Ir al contenido principal

POR LOS VALLES DE LAS SOMBRAS

Ahora que se nos viene encima la Navidad, con la carga emocional y espiritual que arrastra, procedo a repartir nueva estopa. No se trata de adquirir maneras de talibán cristiano ni rasgarse las vestiduras a destiempo, pues el primer pecador escribe estas líneas, y no por ello deja de reconocer su carácter quebrantador de lo que dice defender. Por si fuera poco, el daño a mí me duele y a nadie más. El último latigazo que tuve a bien largar en este blog semidesierto fue para un pequeño católico de boca llamado Bono (abajo tiene lo suyo y no ha de añadirse una coma), cuyo mal consiste en enseñar a todo el mundo que ser católico, o cristiano a secas, consiste en afirmar todo lo contrario. Bien, es una forma de ver puertas donde hay ventanas. El tipo es lerdo y ya está, alguien seguirá esas normas y el camino a ciertas brasas.
Pero ahora entramos en terrenos pantanosos, puesto que un 70% del clero vasco ha pedido expresamente que su recién estrenado obispo coja los bártulos y se vaya a otra zona a gobernar la grey del Señor. El motivo es el de siempre: No es lo suficientemente nacionalista. Dejando aparte el hecho inconcebible de que esta gentuza con sotana se permita exigencias digamos esquizofrénicas, es vital recordar a estos hijos de la gran ramera babilónica que:

-Son hombres de Dios, y por tanto su patria no es de este mundo.

-Si lo fuera, no sería la patria soñada por asesinos y cromagnones, después de un paseo con rayo incluído.

-La Iglesia católica, como ellos bien saben, es UNIVERSAL, no propia de azkolaris ponzoñosos.

-Se hace necesario eliminar a estos bastardos de la liturgia, de la enseñanza, del apostolado. Su función es claramente intoxicante y provoca daños en las gentes débiles de espíritu, que obnubiladas con las miserables enseñanzas del 70% de los adoradores encubiertos del becerro de oro consideran estar a bien con Dios.

En resumidas cuentas, me parece hermoso que se pueda mandar plantar cebollas a esta basura humana, cuya desaparición de la tierra se antoja imprescindible.
Curitas desvencijados, por el bien de Dios dejad la sotana y coged la 9 milímetros, quizá así os salveís de la condenación, si es que creeís en ella.
Cada vez cuesta más ver la luz en esta tiniebla.
Pido al Santo Padre una limpia brutal, para que podamos ir a los templos de Dios, no de los hombres. La Iglesia vasca, que avance equivocada por el valle de las sombras.
Feliz Navidad, sirvientes de Lucifer, el Señor os guíe alguna vez.

Comentarios