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AGUA


Si el agua fluye hay vida. Agua fría o caliente es igual: hay vida en ella y alrededor. Si el agua apesta no se puede beber, si sucia es preferible buscar otra. No hay nada sin el agua, apenas risas, casi llanto seco del buscador impotente. En rincones aislados queda agua limpia y fresca y nueva a cada sorbo, pero hay que buscarlos y apenas tenemos tiempo; la caravana se detiene en puntos concretos cada noche y no es posible indicar al guía dónde se encuentra el manantial, aún suponiendo que sepamos quién es nuestro guía.

Avanzamos en pos de algo pero ya carecemos de lozanía y apetencia, y hace tiempo que desconocemos porqué salimos de nuestras casas, en busca de qué.

Nadie bebe el agua eterna.