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Y SI REVIENTA MADRID...

... que reviente. Esa frase es el autorretrato del miserable máximo, mentiroso egoísta y típico inútil sindicalista. Hemos de tirar del carro para que unos vividores y maestros del engaño grueso sigan mamando de la teta inapropiada y descojonandose de todo. Que reviente, que yo lo mío lo tengo y sin currar.
Esto es el sindicalista de izquierdas: No trabaja ni deja trabajar, vive para sí y de los espumarajos alcoholicos que salen de su boca podemos asegurar que la llamada clase obrera o clase trabajadora (o, mas apropiadamente viendo quien los representa, clase absolutamente pringada), jamás saldrá de su estulticia.
Cuanto imbécil sobre el mundo. Tantos borregos como granos de arena.