Quiero energía nuclear al ladito de mi casa y que me cueste poco la electricidad. No quiero energía nuclear contratada de Francia y complementada con la basura esa de las aspas y que tenga que pagar la gilipolleces de cuatro o cinco idiotas de manual.
Quiero llamar maricas, invertidos, sarasas y lo que se me ocurra a los gays, y quiero no tener que sufrir cerca su amaneramiento absurdo ni que me obliguen a aceptar sus chorradas, ni que sus gustos estúpidos sean dogma.
Quiero que desparezcan los sindicatos de izquierdas, y no quiero que me roben el dinero para tocarse las pelotas en cualquier bar. Si reciben dinero por la cara, que los eduquen. Que sepan hablar, que sepan de economía, que sepan gestionar y que se derrumbe el mito progre sobre su utilidad. Quiero que me garanticen que voy a poder trabajar en día de la huelga.
Quiero que me dejen en paz con la guerra civil, donde todos fueron culpables, especialmente la izquierda asesina, bastarda, rapaz y brutal. Quiero estatuas de Franco, que libró a España de la basura, y quiero poder decirlo en voz alta, aunque no me guste Franco especialmente.
Quiero que el aborto se penalice, y quiero ver muertos o lejos a quienes lo practican. Eso no es libertad, es salvajismo y crimen brutal.
Quiero políticos de altura, no vividores que utilizan el monstruo democrático para vivir y servirse a gusto. Quiero fuera de la política a Rajoy, a Cospedal, a Soraya y a toda la cúpula actual del que debería ser mi partido, a falta de algo mejor.
Quiero en la cárcel a Zapatero, a Blanco, a Trinidad, a todos por ladrones, ineptos, estúpidos y asesinos, porque nos condenan a luchar para nada y nos obligan a sostener tu tétrico legado.
Quiero una limpia brutal de funcionarios, quiero que dejen de usar mi dinero para pagar abortos, enseñanzas rancias, exposiciones comprometidas, películas execrables y dictatoriales, cambios de sexo, y bajas permanentes injustificadas.
Quiero fuera de España a Cataluña, al País Vasco y quiero que su miseria no nos vuelva a ensuciar. Quiero a Marruecos en su sitio, lejos de Ceuta y Melilla y del Sahara, que debe ser libre.
Quiero que TODO el dinero público se justifique céntimo a céntimo, y dejemos de alimentar al Leviatán corrupto. Quiero la cadena perpetua, y que miserables como el jodido Rafita se pudran y mueran allí. Quiero poder decir que me parecen de tercera escritores como Umbral, Lorca, Hernández y la madre que los parió a todos, que no es mérito ser un pervertido seguidor de Marx (que no trabajó en su puta vida, igual que Pablo Iglesias y casi todos los demás). Quiero saber que estoy en un país justo, no en una cloaca donde a cada paso me estafan, me roban, me esquilman y me engañan. Quiero penas brutales para los ladrones que meten sus sucias manos en los dineros públicos. Quiero vivir en un país sano, no en el feudo de Al Cabrone (Zapatero).
Quiero que quiten a los socorristas de las piscinas, y quiero policías con coraje para defendernos, militares valientes y responsables, y gente que se gane el dinero que cobra.
Quiero que dejen de poner multas, de robar con la ORA, de hacer el capullo y tirar el dinero. Quiero que dejen de gritar y que dejen de insultar y que dejen de mirar al pasado. Quiero muertos a los asesinos de las carreteras, niños macarras y estúpidos de BMW o Audi o Mercedes. Quiero que pueda trabajar quien se lo merezca y de la talla, no miserables (de aquí y de fuera) que se tocan los cojones y exigen encima más sueldo.
Quiero, en resumidas cuentas, vivir libre de verdad, y no en este lugar caprichoso y estancado que llamamos patria, y quiero que me dejen en paz.
Decir y hacer lo que me da la gana sin necesidad de pedir perdón, siempre que mis actos no molesten objetivamente a mis vecinos. Quiero hacer una barbacoa si me place, tengo derecho a fumar tabaco, no tabaco más mierda. Me importa un carajo lo que digan y no admito la puta nueva moral que me impide dar un bofetón correctivo a mis hijos, o gritarles como se ha hecho siempre. No quiero personas clonadas, quiero gente con defectos y que sepa respetar a los demás. Quiero decir que me importa más la salud de un ser humano y su bienestar que la vida del escarabajo pelotero, y quiero que den soluciones reales al tema de la contaminación, no estupideces sin cuento. Quiero saber que hacen las ONG con el dinero que reciben, y porqué. Quiero que eliminemos a los hijos de puta que, en nombre de Alá, se permiten amenazar y joder al mundo. Quiero el Tíbet libre, y quiero fuera a Inglaterra de Gibraltar. Quiero que dejen en paz al Papa y que trituren a todos esos curas y religiosos inmundos que tenemos la mala suerte de sufrir los creyentes. Quiero fuera de mi religión a los apóstatas del ateísmo, que fingen creer por vaya usted a saber qué motivos. Empezando por la familia real y siguiendo por la caradura de El Escorial, y terminando por el clero pútrido. Quiero mucho más de este mundo, no las migajas que me dejan o las vejaciones que nos son impuestas.
Y quiero decirlo por fin.