Ir al contenido principal

EL SUEÑO DE JESÚS

Porque el muerto está de pie respira y sonríe de medio lado. Porque no ha terminado su trabajo vela en el sofá el sueño de su esposa ausente, tan blanca; callado y pálido esperando. Porque la noche no termina resuena la voz del difunto en la casa triste y pregunta a todos si puede irse y nadie lo permite, es imposible ahora. Y sus pisadas no se borran.
Porque es incierta la vida sin rumbo viene respirando a nuestro lado recordándonos que estuvo y que seguimos, que hay quizá una luz para nosotros.
Luego de noche nos habla y consuela mientras esperamos el invierno interminable y rogamos que no se apague nuestra guía. Y sólo entonces es su mano la que apoya suave nuestra cabeza en la almohada, el sueño se serena y descansa tranquilo el cuerpo.
Las sábanas recuperan su sentido y nos acarician...