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VEN

Si te quedas, entonces vencerás; si resistes el impulso totalizador de abandonar, abandonarte y renunciar, las voces de tu alrededor serán mancilladas y la ofensa no se olvidará. ¿Quien precipita estos pactos de vida, quien corrige las líneas que nos llevan al fracaso y la desesperación? ¿Son la fuerza y la voluntad el resultado del hundimiento de cada persona, en cada época?.
Merece la pena quedarse a verlo, y de paso escrutar en las personas que nos tocan detalles de desapego, olvido, desprecio y nada, porque nada queda de lo sembrado, es la persona y su estela, lo demás es soledad y polvo, las finas cicatrices de los días sufridos. Y recuerdas cómo era todo antes, antes del declive, cómo los sueños y las ambiciones, y qué frágiles son los hilos del destino: Tú sí, tú no, tú si, tú no,...
Si te quedas vencerás y de tus jirones vendrá tu sangre nueva a estrellarse o no en esta tierra imposible, desbordada de dolor y decepción, tus lágrimas calientes sobre almas incompletas. Dice la voz interior:
-Señor, soy el último y cada paso es ofensa hacia tí. Mi cáliz se derrama, mi maldad reina en mis acciones cada día... Así y todo, tengo sed de Tí y vengo a luchar, ¡A ganarte!
Y a poco se forma la imagen esplendorosa de una sonrisa inolvidable. Si permaneces verás la luz incierta de la alegría, no lo dudes, mas allá de estos momentos de penumbra. Hay depósitos de agua que no se extinguen, flores cerca de los jardines infinitos.