Esta cosa pensante, seria y reflexiva es una de la mentes larvadas que han perpetrado un vídeo de denuncia sobre la llamada Flotilla de la libertad, que no es otra cosa que una panda de asesinos a los que Israel no da permiso para masacrar su territorio. Es común que estos fantoches de opereta, cuyo máximo valor es ser actores, escritores o nadas absolutamente carentes de algo parecido al carisma o al talento, y cuya mediocridad les da tiempo y más tiempo para dar lecciones de progresismo a la carta y por la cara de asuntos que conviene remover, no vaya a ser que la gente que aún les hace caso se dé cuenta de la triste realidad. Y la realidad es que estas campañas y estas historias que estos veletas defienden se caracterizan por su absoluta impropiedad y lejanía, amén de alejarse de zonas calientes de su ideología que chirrían nada más verlas (léase Cuba, Venezuela, el recientemente abandonado por los progres-pobres Sahara, y lo más triste de todo, la España zapateril cejijunta) y, en aparte jugoso, darse aires de concienciados e informados. Salen más intelectuales epiteliales en el vídeo, todos ellos perfectamente olvidables, perfectamente estúpidos, perfectamente aleccionados para el engaño y la miseria, pero a éste le tenía ganas, por engreído y por indocumentado y, sobre todo, porque es amigo del elemento estándar de la progresía vergonzante: el fabuloso Willy Toledo, que une la ignorancia supina con (presumo) exceso de marihuana y hachís mal digeridos.
Éstos tipos nos remuerden la conciencia con su intelectualidad fingida y sus conocimientos ignorantes, y creen que la gente, con la que está cayendo, va a embarcarse en la flotilla de marras para que los cañoneen, porque me juego el huevo de la de abajo (la carbonita) a que ellos embarcar no embarcan, los muy cachondos: son del tipo hazlo tú que yo tengo función de teatro esos días.
En fin, esto es España, amigos. Y tú, ¿que sientes?.
Pues asco de vuestra presencia e insistencia, miserables.