No es fácil que estos seres helicoidales y amorfos en su pensamiento estén neutralizados (ya sabes, nuestra escuela pública de calidad), pero es imprescindibles reducirles a la mínima expresión social. Y nuestro problema es que son 35 millones o más, los que no saben y se aborregan pegados a los de izquierdas, esa plaga inane, pero extrañamente dañina en España.
Cataluña, hoy, sigue sin ser independiente.