Soy incapaz de discernir de dónde salen este tipo de orcos, de dónde esta ignorancia, esta estupidez poliédrica, ranciedad, vacío craneal y estulticia absoluta, sin matices, de esta casta perezosa y engreída llamada progresía; pero es evidente que carecen de cualquier valor humano objetivo y, en el caso de España, como dicen ellos y sus gilipalabros, su valor es de crecimiento negativo. Un guijarro vale bastante mas, la verdad.
Dentro de esta mierda autocomplaciente, los reyes de la subnormalidad (anormalidad sería mas apropiado, los subnormales son mejores personas en todo, y sobre todo no piden su destrucción abortista como estos capullos) son claramente los autodenominados actores, inútiles, serviles, ignorantes seres llenos de falsedad que escupen a la primera que tiene ocasión sobre la derecha, o lo que ellos tienen programado como izquierda. Unos imbéciles, en definitiva; no saben actuar, no tienen carisma excepto el que consiguen con el autobombo y la subvención, no producen más que pérdidas en todo lo que tocan, y encima tenemos que soportar su asquerosa prepotencia y engreimiento infinitos.
¿Por qué? Porque llevamos años de comecocos sobre su valor y necesidad. Y uno dice, así al vuelo, ¿Qué cojones valen éstos autómatas incapaces de crear una sola película que merezca ser visionada y disfrutada? Mas bien se sufre al ver su patética forma de ensuciar las palabras, los gestos, la mierda de voz con la que tienen los huevos de apestarnos cada vez que, por error, paramos un momento a verlos.
Estos payasos de barrio, baratos y vacíos, se ponen bordes y llaman a otro tipo de idiota, para mas inri ministro de España (esa cosa descojonada), "hijo de los que ganaron la guerra, a los que les da miedo la cultura", y no pasa nada, oiga, cuando habría que darles gorrazos hasta depositarlos como heces podridas en ese Sahara que tanto admiran, o mejor aún, hasta Palestina, tan moderna ella, para que sus padres mueran de verdad sin agua ni mantas y, eso sí rodeados de progres que tanto se preocupan por el prójimo y que tantas lecciones morales dan con la boca que Dios les dio para atormentarnos. Nada de esto, seguirán guardando la cultura del vacío mientras los garbanceros les apoyen o sean de verdad instruídos, y no destruídos en colegios, universidades, televisiones y demás cultura de retrete.
El problema, y gordo esférico, es que sigan tocando los huevos esa masa informe que dicen ser los hijos de los que perdieron la guerra, y no lo son.
El problema es que Franco podía habernos hecho el favor de destruir para los resto esa plaga apocalíptica cuando tuvo ocasión, y no lo hizo.
El problema es el siglo largo que la raquítica progresía reviente una y otra vez la posibilidad de elevarnos sobre esta porquería de sociedad, únicamente porque tienen miedo, ellos sí, de un lugar donde haya que trabajar y demostrar un valor real para estar en el éxito. tienen miedo de la meritocracia que directamente les mandaría a fregar escaleras y servir cañas en bares de tercera.
Tienen miedo de ver sus caras de cretinos en el espejo, sus mentes de mentecatos en una prueba de valor. Por eso sus padres perdieron la guerra: porque eran tan imbéciles, tan incapaces, tan miserables y torpes como ellos.
Basura inmensa, en suma, ¿Como coño no van a perder esa guerra tan actual, tan moderna, tan dolorosa a la que se aferran desde tiempo inmemorial?
Subnormales...