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COMPRENDER EL NUEVO ARTE

Comprender el arte, sentir la suave pulsión de la insoportable sensibilidad. Hablar con genios de igual a igual, tener conciencia de la propia grandeza y mantener la cabeza fría ante tanto calor, tanta herida de luz.
Comprender a Dolors, insigne poetisa de altas miras, rebajándose a actuar ante zafios público de ayuntamiento, más preocupados de los canapés que del alimento del alma. Comprender a Dolors, uterina febril, belleza clásica, joven y hermosa incapaz de abarcar tanto genio de barrio, palabras eternas. Comprender una vida dedicada a la enseñanza como simple profesora, desequilibrando los tenues equilibrios entre la locura y la trascendencia. Feminidad, combate.
Comprender el nuevo arte que se abre paso a golpe de dinero público, comprendedlo, perros. Blasfemia y procacidad al servicio de contratos fáciles, cheques públicos, escándalos de antaño, lejos y viejos.
Viejas llorando escandalizadas, niños enloquecidos en la aulas del nuevo saber. Titiriteros, vaginas, horror incomprendido.
¿Quereís comprenderlo de una vez, zoquetes?
Vamos juntos de la mano al hermoso mundo de Dolors, tan delicado como pensamientos de verano. El mundo, y la cuenta corriente de nuestra equilibrada profesora lo agradecerán hasta la nausea.
Ay, Adas y Carmenas y Meyers del mundo, uníos y coñolizad la tierra, la buena tierra iraní.
¿Qué tal repartir vuestros donaires allí?