Imagina una jauría de alimañas varias, sucias y enloquecidas, avanzando hambrientas por el bosque hacia ti, con la sana intención de devorarte sin presentaciones. Hay lobos, osos, víboras y demás bestias, con la particularidad de que incluso en el mundo animal, estas bestias son especialmente agresivas y particularmente trastornadas. No se paran en barras y están cerca y dispuestas a trocearte y masticar tus restos.
Corren enloquecidas y con cierta marcialidad. Tú, paralizado y desprevenido, te detienes en medio del claro y, en vez de correr, te giras hacia la jauría y miras como se aproximan aullando. Lo siguiente está claro, te van a matar, a destrozar, han pasado todos los filtros y en unos segundos el festín será una realidad.
De pronto, cuando van a lograr su objetivo, las alimañas se empiezan a atacar entre sí, lobos contra osos, víboras contra lobos y así. A unos metros de ti observas asombrado la carnicería inesperada, pero si lo piensas bien... Son sólo bestias y su instinto es muy superior a su inteligencia, astucia más bien.
¿Y quién eres tú? España.
¿Y las bestias? Podemos.