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APUNTES PARA LA COMISIÓN DE LA VERDAD (1)

Estimados señores:
A continuación les expongo, para su disgusto, unas pequeñas pinceladas sobre un estudio posterior más exhaustivo sobre la verdad, tal y como debió ser, nunca como nos gustaría que hubiera sido.
Conviene aclarar que mi intención es, lisa y llanamente, que haya una constancia contundente respecto a las falacias que corretean por el vulgo respecto a la guerra y el franquismo, cuya caducidad debió cumplirse hace mucho tiempo pero, cosas de la vida, la total incapacidad de la progresía en actualizar o articular un mensaje creíble o inteligente de su batiburrillo mental obliga a perder el tiempo con fantasmas añejos. 
Si uno, por edad, empieza a educarse en la agonía del franquismo (donde había cierta capacidad de aprendizaje), prosigue en la protodemocracia (que no dejó de educar persones) y termina en la democracia ya corrompida por el socialismo (donde no se aprende nada), es comprensible que estas notas -que lógicamente nadie va a leer, pero que sirven como oasis de verdad en la red- salgan atrofiadas, dispersas, lo cual no quita un ápice de verdad a lo que revelan. Conviene recordar que no son certezas de minorías nostálgicas sino más bien el río subterráneo que corre bajo la capa de propaganda supuestamente mayoritaria de nuestra cobarde sociedad. 
Sobre la guerra soltaré las siguientes perlas:
-Responsable total: PSOE. Este partido lamentable lleva más de un siglo rompiendo España; es, de largo, la formación líder en golpismo, latrocinio, incapacidad y violencia en toda nuestra historia. Prueba de ello son sus trapacerías en 1931, 1934 y 1936, por ceñirnos a la preguerra, y las elecciones sospechosas del felipismo y ya descaradas de 2004 y de 2018, la que sufrimos ahora mismo. Siempre han perdido y siempre vuelven a prostituir la democracia porque la triste verdad es que no creen en ella, sólo la utilizan para secuestrarla en su provecho y para su exclusivo beneficio, dejando como recuerdo un rastro espeluznante de pobreza y de sangre, si fuera necesario; y suele serlo cuando se alían con sus correligionarios comunistas. Eso, señores, es izquierda en España: pobreza, mentiras y violencia. 
Causa de la guerra: La República y su violencia. Como habían impuesto el régimen, la izquierda y sus tontos útiles consideraban que nadie más que ellos podían gestionarla. Les daba igual que las urnas, esas aguafiestas, dijeran lo contrario en 1931, 1934 y seguramente en 1936. Otra prueba más de la legalidad democrática republicana, muy parecida en fondo y forma a algunas actitudes contemporáneas de nuestros héroes. La derecha de entonces y de ahora simplemente se dejó arrastrar creyendo que sería respetado el dictamen electoral. Siempre ilusos. En julio del 36 e incluso mucho antes la ruptura era inevitable. No se puede eliminar a la mitad o más de un país para imponer una idea.
Resultado de la guerra: Ganaron los que tenían que ganar, por el bien de todos. Franco tuvo la habilidad y el acierto de aprovechar la proverbial inutilidad de la izquierda y puso fin a una era, esta sí en blanco y negro, nefasta de nuestra historia. Como no era tonto aprovechó que existía un partido relativamente nuevo como Falange, se lo apropió y creó con esos mimbres un régimen auroritario de tipo, diría yo, aburguesado y de orden, que acabó absolutamente desprovisto de ideología, casi gestionado como una empresa, y con la eficacia como fin. Como no era tonto Franco, digo, con esta jugada se quitó de un plumazo a la izquierda (normal) y a la derecha más atolondrada y pacata (normal también), y logró mal que bien, pues esto es España, que hubiera o hubiese casi cuarenta años de cierta calma, excepto para los que querían otra cosa, más parecida al Soviet. Un placer. Franco fue un abuelo que eliminó verborreas y distorsiones tan gratas a los progresistas. España en color, amigos, y qué color.
Se perdió mucho con la guerra, pero se ganó mucho más. La eliminación de los Martinez Barrio, Prieto, Pasionaria, Kent, Azaña, Largo Caballero, Negrín y otras bacterias políticas equivaldría hoy día a hacer desaparecer de la vida pública a los descendientes de aquellos, esos Iglesias, Echeniques, Colaus, Sánchez y Zapateros. España en Technicolor y 3D , qué paz.
¿Otros amigos responsables de la masacre, no a ellos, a los españoles? Pues claro, en los dos bandos; investiguen a los amigos Companys y su pacífica ERC, a Aguirre y su lamentable PNV y demás ladillas por un lado, y por el otro al ínclito Aniceto y toda la horda, esta sí, de falangistas, requetés, medio nazis y demás morralla que toda ideología arrastra y que fueron el ariete de la represión. Represión que se antoja lógica y normal después del aquelarre republicano.
¿Colaboradores necesarios? Entonces y ahora, los inagotables intelectuales, esa raza inmortal de serviles dispuestos a la propaganda ruin, vergonzosa en busca de prebendas personales, muchos sorprendidos después con las represalias y las muertes, porque esta raza diferente cree que deben tener un trato especial por ser, digamos, simples empleados de sus amos. Mecenazgos siniestros.
¿Y la gente? La gente a morir lo quiera o no. La gente a callar y obedecer, siempre ha sido así. Franco ganó porque la gente, el pueblo, las personas, más bien, le eligieron frente al resto. Excepción hecha de los que hicieron su agosto con violencias y servidumbres, por convicción o conveniencia que eso es igual. Por eso y porque al final e incluso antes era el deseado para poner orden. Historias de entonces, fíjense.
Pueden empezar con estos pequeños temas, y si son honestos podrán de verdad explicar las cosas. Como no lo son, la gente normal volveremos a sufrir persecución, torturas psicológicas y disgusto por no poder vivir a nuestro gusto y manera, con suerte. O en una fosa con mala suerte. 
Ya no hay franquistas en España, pero si muchos chequistas. No hay dictadura pero sí dictadura de la mentira en todos los ámbitos. Basta un presidente torpe de la derecha como Rajoy para que todo se derrumbe.
Diganme, ¿Cuántos incompetentes de izquierda hacen falta para borrar del poder y de las urnas esta lacra doméstica?
Esta y no otra debería ser su labor, comisionados. Pero en realidad no es esta la intenció, ¿verdad?Continuará...