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PRIVILEGIOS Y A CALLAR

Pues claro, hombre, dónde vamos a parar: los queridos taxistas, que están demostrando su civismo y simpatía habituales estos días, quieren lo que no pueden decir abiertamente. Quieren ser los únicos que sacan los cuartos a pesar de nefasto servicio que suelen proporcionar.
Quieren, en fin, romper la cabeza a aquellos que se atrevan a discutir el monopolio. Eso y nada más.
A quién se le ocurre, a quién...