Ir al contenido principal

EL BUSCADOR

Oh, sí, envidio a aquellos que han encontrado su camino y son ellos mismos y saben lo que quieren.
Yo, ajeno a la paz interior, no hago sino perder una y otra vez mi sendero y cualquier cosa me sirve para ser otro extraño en mí.
En la noche me duermo sin saber dónde acurrucarme ni qué camino me recoge. Las palabras hieren.