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LOS BENDECIDOS DE LA ESTÉTICA

Lo peor del procés es la visión de sus líderes: rostros indescriptibles, belleza de país. Igualitos a Suecia.
Espejos deformantes del pequeño país.
Tiene algo de romanticismo esa revolución de los deformes. Lágrimas dulces por el desfile del burlesco, grotesca procesión.