Fui a la casa del padre y recorrí las habitaciones vacías, estériles. Lloraba lágrimas quedas por no quebrar silencios. Pues no quedaba nadie ni las voces alegres de antaño. Nadie.
Donde tú habites yo habitaré, donde tú quieras escucharé tu voz, padre.
He roto mis promesas y aumentado mis culpas: dame tiempo y llegaré dónde estás, si quieres, porque tu casa se ha convertido en un recuerdo y no volveré a ella.
Está vacía y amarga, apenas humo de cuando éramos juntos. Tu casa.
Bienvenido. Aquí encontraras apuntes, bocetos e impresiones de una mente atropellada, y son fruto del momento en que fueron expresados. No hay verdades esenciales excepto las del instante concreto: por eso las mantengo. No te enfades si te hieren o parecen injustas pues seguramente lo sean de alguna manera. Aquí se quedan como hijos frustrados. Intenta disfrutar, el objetivo es que algunas palabras y frases te entretengan. Entra.