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JOVEN

Cuando joven volví demasiadas veces en la madrugada borracho, o peor. Con la sombra del corazón dolido por la edad absurda y negativa. Celebraba cosas efímeras en aquellas salas tan alegres como tristes, tanta era la ilusión y tan grande la pena. Era importante estar y reír y bordear el ridículo en sesiones extrañas y fracasadas siempre: así la juventud heroica cuando joven. Grandes voces y grandes bendiciones, palabras vacías que significaban universos. Y yo, gritando borracho volví las madrugadas sabiendo que justamente esas noches calientes en invierno y ardientes en verano eran necesarias y también inútiles, una farsa primordial. Y luego dormía tranquilo en casa, en casa.
Luego, más adelante, empezó la vida.
La realidad.