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AL AIRE VAN

Éstas son palabras destinadas al viento y, cómo él, se pierden entre las grietas del paisaje, apenas rozadas por el sol tibio de marzo; no importa. Se trata de expiar bajezas y secar el suelo de letras. 
Qué pasa si no llega la frase al oído, si es desatendida: lo hermoso es mandarla incluso lejos, donde sea inútil y no se comprenda; bello es el gesto, comunicar que uno, iluso y terco, tiene palabras y frases que han de ser emitidas. No se necesita oírlas, porque en el fondo van al viento y con él viajan hasta el silencio. Despacio, que no se note que son frases sin dueño.