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CRISÁLIDA

Nosotros somos huéspedes de crisálidas en espera de un futuro diferente. Gente rectificada, porque muchos serán otro al salir o no serán. Imposible creer en seguir igual después de contemplar asombrados el impresionante despliegue de nuestra putrefacción. Saldremos porque hay que salir y, con el tiempo, las consecuencias de nuestra desnudez moral serán expuestas a nuestra mirada perpleja; quizá entonces reconozcamos cuán bajo ha caído el mundo nuestro, antaño si no poderoso sí robusto y tenaz, mundo pensado. Y, sentados al borde de la sorpresa, recibamos del ayer la rectificación brutal de un rumbo incierto a la nada, que ése y no otro es el destino hoy y ahora, este mundo de epitelio y sensación .
Volvamos al camino despojados de todo aquello que debió ser marginado y es, sin embargo, dogma. Arrasemos las falacias inmensas de charlatanes sin fondo, y así volveremos al núcleo indestructible de nuestro pasado. Caeremos, sí, pero desde el orden clásico de la civilización que un día nos alumbró gigantes.
Caeremos por la soberbia y no por estulticia, la dominadora de nuestro tiempo.
Vuelvan ahora la inteligencia y la claridad.
Vuelvan los sabios, salgan los farsantes. Es cuestión de vida.