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DATOS, HECHOS, PALABRAS EN LA TRIBU

España es un país con 47 millones de habitantes, 11000 infectados por Covid 19, 300 muertos por la enfermedad, en estado de alarma que implica la reclusión de sus habitantes en sus domicilios con prohibición expresa de salir si no es imprescindible. una sociedad paralizada. Datos aproximados de la situación.
Se nos ha dicho por activa y pasiva que tenemos la mejor sanidad del mundo, o casi. Las mejores fuerzas de seguridad del mundo o casi. Un país occidental, desarrollado y ubicado en la zona terrestre más rica y poderosa de la tierra.
Tenemos un gobierno en democracia y un sistema territorial con décadas de desarrollo. Redes de comunicación e infraestructuras de enorme capacidad.
Tenemos gobierno y tenemos parlamento y tenemos brillantes profesionales. Sabemos responder a los retos y dificultades que, como sociedad, nos plantea el tiempo y las circunstancias.
Tranquilidad, pues. Dejemos actuar a las autoridades y a los que deciden medidas resolutivas, ellos saben a lo que se enfrentan.
Ya.
Ahora veamos la realidad.
España en un país troceado en por lo menos cuatro realidades sociales distintas, enfrentadas entre sí y buscando soluciones de separación absoluta. El gobierno es la suma de, por decirlo suave, personas y partidos y profesionales que hace tiempo olvidaron y desecharon el servicio público; mas bien se trata de individuos en constante aprovechamiento personal de los recursos del país, o paises.
Gracias en parte a esta circunstancia, la sanidad española se colapsa con 11.000 y pico de enfermos, y fruto de esta realidad se ordena, a falta de otras soluciones, colapsar todo y a todos. La autoridad, que tiene ojo y medio puesto en la propaganda autocomplaciente que redunde en votos y apoyo social, ha ordenado tal medida, que evidentemente va a dañar irremisiblemente el sistema económico.
Por lo tanto, debemos entender que nuestro país no tiene capacidad para atender situaciones de cierto nivel sanitario, emergencias de cualquier tipo y circunstancias que requieran acción sobre una perturbación sin descuidar la visión general. O, lo que es lo mismo, gobernar con eficacia.
España, en fin, es un país débil y cobarde, gobernado por mediocres sin preparación, y que se rebela incapaz de ordenar medidas racionales y eficaces que no perjudiquen a la sociedad que se supone cuidan y lideran. Gente anclada en sus propias contradicciones y lastren que atienden a qué dirán y que básicamente juegan a que no se note la incapacidad.
No hay capacidad de ordenar una reclusión de grupos de riesgo mientras el país sigue adelante.
No hay capacidad de montar hospitales de campaña porque se desmanteló la unidad en aras de otras publicidades más rentables electoralmente.
No hay capacidad de poner en la calle controles eficaces para que las medidas se cumplan.
No hay país ni hay ley que no sea la mentira y el expolio sistemático.
En puridad, a lo que asistimos es a la muestra horrenda de nuestra decadencia como modelo de sociedad, a la espantosa constatación de la herrumbre putrefacta que nos rodea, a la realidad. 
Somos débiles y somos escombros de un mundo antaño pujante.
Datos, y no ensoñaciones.
Y nuestro presidente dice que va a poner 200 mil millones para luchar contra la pandemia.
Van a vivir muy bien, si es que pretenden desfalcar a lo bestia siquiera una décima parte de esa cantidad, que dudo exista. Y que por supuesto será para otras necesidades, más oscuras.