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RECLUSION Y PERDIDA

El aire se comprime y expande en rápida sucesión, mi rostro se enfría y duele.
Tengo la mirada líquida, siquiera hueca. El cráneo se agrieta y falsea todo.
Paseo por los pabellones deslucidos de mi memoria, ¿cómo resuelvo los saltos, cómo pude olvidar tanto? El aire es agrio y rehúye, el aire es hostil. Camino entre sueños sofocantes de una acritud insoportable; mírame, estoy vacío, vacío.
Miro y se esfuma, ramas que brotan en la pared. Manos reducidas.
Miro y humo cerrado dibuja sombras, hojas leves de breve existir.
Un día llegará en que la bruma torne olvido y el olvido se desvanezca entre deslucidos sonidos de todos nosotros, errantes y débiles cristales frágiles y caducos como hojas en viento.
El viento hostil y agrio que nos acarició en los tiempos de esplendor y que hoy son únicamente retazos en descomposición. Me gritan sombras sin forma, me marcho adentro allí donde el sol se tapa el rostro.
Y paseo entre ruinas en mi laguna seca, no hay otro remedio.
He conocido gigantes.