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UN RUMOR CRECIENDO

Tengo para mí las voces recordadas,
las alegrías y los días malos;
tengo el río que no cesa de fluir
y respira en ciertos tramos.
Tengo la respiración pausada
junto a mí, y en la otra estancia
la lluvia triste, y la esperanzada
de los años de mi infancia.
Di tú: ¿Tengo que doblar el espinazo
sólo porque la hora es difícil?
¿Debo sentir el abrazo muerto de
la tierra infértil? Los pasos que crean
surcos hablan desde el recodo, 
a la vuelta del camino.
Te miro y veo; es más sencillo con cariño.
Es más perfecto con amor. Tu presencia
remansa las aguas que alimento.
Un sol que no se apaga ..