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LOS BULOS

En esta sociedad encapsulada y rota hemos de sobrevivir con lo que podamos. Hacemos aplausos caceroladas, hacemos bromas y hacemos locuras porque todo forma parte de la abrasión que nos supone nuestra nueva situación. Qué vendrá después nadie lo sabe, aunque seguro que nada bueno o parecido a lo que consideramos normalidad: si aprovechamos para pensar en profundidad llegaremos irremediablemente a la conclusión de que la normalidad de antaño era cualquier cosa menos normalidad. A punto de ruptura llegamos con una nación fragmentada y necia hasta la nausea, un conglomerado de profetas desquiciados que exigían casi cualquier cosa que se les ocurriera, y lo que es peor que eran escuchados. Gobernaba y gobierna aún un amalgama de partidos que lo que realmente buscan es la destrucción de España en taifas venerables que devienen satrapías de pelagatos que, ya se ha visto ignoran casi cualquier cosa relacionada con la gestión. Eso es la normalidad surgida de las últimas elecciones.
¿Qué ha sucedido? Lo esperable: un aluvión descomunal de errores forzados o no que han tenido como consecuencia trágica un montón de muertos de más, de propina. Y parece de broma pero no lo es en absoluto. Mascarillas defectuosas, test inexistentes, compras que hace nuestro estado ¡nuestro estado! en una especie de bazar para criminales y el final de la cadena es muertos sin honra, callados, terminados como una novela corta. 
Nada nuevo bajo el sol, los perros ladran y la caravana se diezma... 
Y la oposición, me dirás, los partidos serios (puedes llamarlos así si quieres) qué han hecho para ayudar o evitar la sangría exagerada de las cifras. Nada. Mejor dicho, nada que no pudiéramos prever. Hacen y harán el teatrillo que han montado desde tiempo inmemorial, protestas vacías, reproches sacados de un manual fotos grotescas y propaganda interesada. No hay propuestas serias, no hay consejos u orientaciones sobre qué hacer probablemente porque tampoco lo saben, y se limitan a vivir de lo suyo y punto. Pero esto nos lleva a una particularidad grotesca de nuestro país.
Los bulos.
Aquí que se canta por bulerías también y sobre todo se publicitan todos por bulos, mensajes absurdos que nacen de la imaginación de personas anónimas, sí, pero también y sobre todo de partidos, instituciones gobiernos y estado que son los primeros fabricantes de bulos. Tenemos un gobierno que además del canal digamos oficial tiene uno subterráneo produciendo trolas a un ritmo frenético.
Y tenemos a la derecha haciendo lo mismo y al mismo ritmo; que si carta de un pobre al presidente, que si hordas de acosadores en hogares, que si esto y aquello y esto es un sinvivir de difícil trágala y nosotros según nos aliente y confirme dudas el mensaje o mensajes, nos la tragamos sin agua.
Es difícil ser serios en la era de Twitter es imposible sobrevivir bajo gobiernos hooligan.
Imposible.