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SÁNCHEZ Y COMPAÑÍA: ES LA HOGUERA DE TODOS

Por supuesto, la democracia es el sistema definitivo de organización humana, el más justo y perfecto porque todas las personas participan en él, todas cuentan. Es como una hoguera que nos calienta y protege del exterior confuso y caótico. El contrato social para todos, nuestra puerta a la dignidad. 
La Constitución mantiene caliente la hoguera y el corpus legislativo delimita su calor en busca de proporcionar la misma cantidad a cada uno, y la lumbre llega a todos sin excepciones. En el calor de la hoguera podemos pensar lo que queramos pero no podemos hacer lo que se nos ocurre pues eso perjudicaría a todo el sistema, lo enfriaría sin remedio. Y fuera del calor no hay justicia ni orden social, no hay nada bueno.
Si el Legislador en España hubiera blindado como es debido el sistema jamás habría riesgo de que se resintiese. Si los actores encargados de mantener la llama supieran cómo hacerlo nunca se apagaría. 
En la influencia del calor de la llama se pasean socialistas, comunistas, fascistas (de éstos pocos, digan lo que digan), homosexuales, católicos, ateos y demás batiburrillo humano de sensibilidades que debe respetar el marco y no salirse jamás de los límites. Jamás. Y respetar las normas y aceptar que romperlas es castigado sin contemplaciones. Pero el Legislador dejó grietas, zonas de frío y oscuridad que han sido aprovechadas para romper lo que llamamos consenso; y de tiempo atrás se juega con la hoguera de manera torticera y partidista y la llama se desgaja y decae, cada uno ve lo que quiere ver. Para volver a crear el gran fuego común hay que respetar y defender la Constitución y las leyes y esto no se hace desde hace mucho. Los diputados y cualquier cargo público debe jurar, prometer, dar su palabra y asegurar que defenderá la ley y el orden establecido y no el que se le ocurra a cada cual porque es muy fácil hacer de la democracia nuestra prostituta habitual; esto lo saben bien los comunistas, los independentistas y los socialistas que ahora nos gobiernan, que han demostrado su desprecio a la democracia excepto en caso de beneficio propio. Lo hemos permitido sin defendernos. Si el sistema fuera robusto y se obligara a todos los actores a atenerse a su cumplimiento yo no tendría ningún problema en aceptarlos como gobierno, pero como no lo hacen me rebelo y exijo devuelvan la autoridad a la sociedad entera y a la ley.
Si el señor Sánchez y sus secuaces se apropian indebidamente del calor común, el señor Sánchez y sus secuaces deben ser expulsados del sistema democrático, pues de lo contrario entraríamos en sistemas poco agradables como pudiera ser Rusia o Corea del Norte o Cuba, sitios donde la hoguera no es común sino fruto del robo y propiedad de miserables egoístas que desprecian todo lo que quede fuera de su pensamiento. Porque cualquiera de nosotros quiere vivir de acuerdo a sus ideas pero ninguno debería exigir que los demás lo hagan.
Dicho mas claramente: porque soy viejo católico libre y conservador quiero mi parte de la hoguera y quiero, Pedro Sánchez y cía, que respetes la ley que está escrita y aceptada. Si no es así no me siento obligado a obedecer; todo lo contrario, me siento obligado a rebelarme.
Y, si gano, tendrás que vivir alejado del calor; Y si ganas tú tendré que alejarme del calor. 
Y eso nos alejaría de la democracia ¿lo sabes, verdad? 
Porque lo sabes. La hoguera es mía y es tuya, de todos.

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