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¡HORROR!

Parece ser que el rebrote de la pandemia vuelve mucho antes de lo esperado, lo cual no es extraño viendo el comportamiento general de la población, que en parte ha echado por tierra lo mucho y bueno que había demostrado en el encierro.
El problema, el gran problema, es que somos idiotas, y entre esos idiotas destacan especialmente hordas de jóvenes cretinizados que solo atienden a sus hormonas, y cuya ignorancia supina les ha hecho creer que el virus no les afectaba y que, además, era ya cosa del pasado. Pues no.
No digo que en otros segmentos de población la irresponsabilidad haya brillado por su ausencia porque sería mentir. Digo que los que se juegan más en esta historia han decidido fastidiarse el futuro (algunos, es verdad, no lo tenían) por cuatro días de fiesta cutre. Y, por lo visto, los inútiles que nos gobiernan son incapaces de explicar que la prudencia extrema es la única receta para no irnos por el sumidero de la vida por la sencilla razón de que sus cerebros están igual o más jibarizados que el de los habitantes de este frenopático llamado España.
Y nos van a volver a encerrar a ver qué pasa y lo vamos a lamentar, vaya que sí. Y volverá el astroso Simón a sus trolas y el resto de la troupe a armar la gorda. Social y feminista, claro.
¡El horror!