El Ayuntamiento de Madrid, a instancias de Vox, ha aprobado por fin retirar de las calles los engendros dedicados a dos miserables de los muchos que ensucian nuestras ciudades, y que permanecían tolerados por esa extraña inacción de la derecha ante la permanente agresión moral de los santones progresistas. Gracias a la Ley de Memoria Histórica, el juego sucio de socialistas y afines se vuelve en su contra. Naturalmente el PSOE dice que la decisión "incita al odio" y otras lindezas para defender a unos antifascistas (sic) y blablabla. En suma, que les han pillado con sus mismas armas.
Resulta especialmente grato que la decisión, ajustada a la ley de marras, ofenda a esta gente y sus trampas morales empiecen de una vez a provocar la vuelta al remitente ¡por fin!, y con doble taza. Así que protesten los ofendidos y retírense placas y recuerdos de estos engendros, bastante más culpables que los fascistas e intolerantes a los que dicen que combatían, cuando todos saben la verdad del socialismo: saqueo y asesinato si es necesario.
Ahora que el gobierno retire las estatuas que a tantos ofenden en Nuevos Ministerios y, al menos, el revisionismo partidista nos libre de tantos nombres infames. Éstos lo son. Bien Vox. Y bien PP y Ciudadanos devolviendo golpe por golpe.
Tarde pero bien, dos menos. Que siga la limpia.