Ahora que parece volver con fuerza la pandemia (otra vez...) yo, que no sé nada, me pregunto sobre lo que parece un desastre inminente y nadie lo advierte porque ¿cuánto puede aguantar una sociedad que ya estaba renqueante ya antes de marzo que se limite su actividad económica hasta anularla? ¿quién va a comprar y quién va a vender en un entorno de aislamiento? Es verdad que hay un montón de sectores presentando buenas cifras de negocio pero ¿y mañana, y dentro de un mes?, yo que no nada sé, no puedo imaginarme viviendo cómodo y bien con los míos (si soy de los que lo consiguen que está por ver) si alrededor tengo bolsa de pobreza, privación, miseria de cualquier tipo, que esa no es una opción de vida. Todos aparentamos normalidad, nos alimentamos de optimismo y tenemos esa extraña capacidad contemporánea de inundarnos de eslóganes positivos, motivadores y casi infantiles y no consigo ver la luz en el futuro. Será que tengo un mal paso o mi ignorancia me aleja de la realidad y la opaca, pero sólo detecto sombras y planteo preguntas quizás ya respondidas y no nos han llegado. No hay eventos, no hay trato personal, no hay calles bullendo de actividad, no hay comunicación directas ni locales llenos, ni hay correas y poleas generando energía pero sí hay una enfermedad creciendo sin para a pesar de todo, hay teletrabajo, tecnología remota y relaciones remotas, virtualidad, soledad. Hay gobernantes que parecen no saber qué hacer excepto revoluciones personales y paranoicas que no sirven de nada frente a la inundación que viene y hay una incertidumbre que nadie acierta a expresar, a definir, a delimitar en precisa detección.
Sí, puedes guardar dinero y bienes para cobijarte y cubrir un tiempo el aguacero pero nadie garantiza hasta cuándo el dinero y los valores tendrán sentido antes de que todo vuelva a su cauce.
¿Tan fuerte es nuestra economía? ¿de verdad? Lo que fuera daría por creer que sí, pero si no fuera así me gustaría saber el día en que no va a haber retorno, una fecha siquiera aproximada porque tiene que saberse, tenemos que conocer la verdad sin eslóganes, una certeza de futuro si seguimos así.
Hoy tenemos una tecnología brutal y una fuerza humana en ocasiones excepcional, que cada instante nos brindan inventos, soluciones y organizaciones maravillosas ¿por qué no en esto? ¿por qué no ahora?.
¿Qué piensas tú? ¿esperamos u obligamos a los responsables a cumplir con su obligación?.
Deberíamos tener claro que la verdadera revolución, hoy, es conseguir salir de esta ratonera febril que nos tiene a todos inmovilizados.
Lo demás es un juego cruel que no procede. Nos prometieron el futuro, pero puede ser que no entendiéramos bien de qué futuro hablaban.