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TODA ESTA LLUVIA


 Vino la lluvia y no estábamos preparados, nos alcanzó de lleno; vino avisando pero estábamos a otras cosas y con otras prioridades, y dijimos:

-Ahora no queremos que nos molestes, estamos organizando un país nuevo.

Pero es falso, el país es el mismo de siempre y vino el agua y se llevó muchas cosas, muchas voces... Estábamos ocupados en otras cosas y no hubo forma de que la realidad se impusiese. ¿Quiénes somos sino figuras de papel en la tormenta? Mira nuestro país nuevo que está hecho jirones, que no respira apenas, que sigue organizando un país nuevo mientras vuelve la oscuridad y el dolor. Yo me pregunto quién detendrá esta desgracia y cuándo habrá algo más que palabras y silencios y mentiras y locuras; quién señalará el horizonte y diga:

-Aquí llega la nueva plaga, vamos a prepararnos. Dejadlo todo.

Y sea escuchado escuchado, escuchado porque sabe de qué habla y todos nosotros olvidemos y juntemos de verdad los cuerpos y la voluntades para por fin responder como dioses orgullosos a la lluvia y su destrucción que no está de paso ni es amiga. Salvemos el país viejo y podremos volver, cada uno, a soñar países nuevos. El tejado está cediendo otra vez.

Vamos a sellarlo ahora que seguimos vivos y fuertes. Oídme.