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AL FUTURO CIERTO: DESNUDOS O MUERTOS

 


Han pasado siete meses y seguimos peor. Siete meses en los que ha habido tiempo de sobra para plantear y desarrollar estrategias inteligentes, geniales, tontas, perturbadoras y hasta gubernamentales. Para millones de memes (tan graciosos), para que toda clase de famosas (actrices, meretrices y engreídas en general) inunden las redes con desnudos varios sin venir a cuento; porque eso somos: carne desnuda mirando Instagram, Youtube, Twitter... a todos los tontos de baba que emiten en histérica sucesión mensajes paranoicos (cuando no ridículos) acerca de sus cretinas ideas. Siete meses, siete.
Y aquí nos tiene usted en Twitter mientras se derrumba el tejado, mientras la economía, el único bien que debiéramos haber protegido, se hunde sin que nadie parezca percatarse. Porque claro, todo está en la pantalla: las conspiraciones y el no pasa nada, el volveremos más fuertes y el estamos jodidos, el teletrabajo y el ERTE, el principio y el fin. El fin, señores.
Han pasado siete meses y volvemos al principio, pero al principio de la nada, menos aún. Al principio de las colas del hambre, del paro, de la angustia, de la carestía, de la desesperación del desierto estéril e inhabitable. Y dentro de poco despertaremos del sueño, muchos, demasiados olvidados de la fortuna. ¿Dónde quedará el móvil entonces, dónde las redes, dónde el gastar alegre y despreocupado, dónde las oportunidades?.
Va a llover a cántaros. Ustedes sigan desnudándose, bromeando, esparciendo sus milongas creyéndose a salvo de la riada, sigan como si tal cosa mientras detrás del escenario empieza a reinar el vacío o el silencio. Ahí es donde los señores de los hilos se ponen calladamente a salvo, los que llevan siete meses sin hacer absolutamente nada, los señores del atrezo, que no han puesto un euro y se lo llevan todo. 
Porque eso es lo peor, que no van a compartir el dolor de los escombros. Ellos juegan otra liga, compañeros.
Siete meses, y nos han quitado la libertad y la posibilidad de desarrollar cualquier proyecto de vida. ¿Somos tontos o sólo lo parecemos, usted riendo desnudo, riendo con la pantalla? Ah, que hay un virus...
Somos pues tontos pero tanto que no nos damos cuenta.