El señor presidente, en su alocución anual a las masas, ha hecho balance de su gestión al frente de la tropa que rige nuestros destinos. Y se ha puesto un sobresaliente. Punto. Podría pensarse que Petersánchez tiene Asperger o nació con el noble sello de Mongolia en sus hermosos genes, o que su juventud (divino tesoro) estuvo excesivamente marcada por las drogas o la saturación de visitas a la querida sauna Adán, pero no. Este macho lo que tiene es una querencia enfermiza a darle una nueva dimensión a la palabra cinismo. Como alumno aventajado de la menistra Celaá ha catado el primero la gloria de sus calificaciones alentadoras, y todo ello avalado por expertos independientes de su entorno cultural e ideológico, gente que a falta de pan todo son ideas progresistas de una objetividad casi ofensiva.
Probablemente el sector de nuestra población que carece de cerebro funcional ha derramado lagrimitas de emoción al comprender la incomparable tarea de Peter y sus elfos, pero para todos aquellos que no hemos alcanzado el nivel mental de las amebas la cosa chirría un poco. Si es sobresaliente una gestión (por llamarlo así) que deja de 80.000 muertos para arriba, la economía en el rincón del sueño, la convivencia en estado prebélico y el segmento de los ancianos en números ínfimos entre otras circunstancias, ¿qué es un suficiente o un suspenso para este muchacho?. Teniendo en cuenta sus cifras podríamos establecer el aprobado en un millón de muertos y veinte millones de parados y el suspenso en veinte millones de muertos y 100% de paro (excepto afiliados y amigotes del los partidos de coalición, ésos el 120%). El que ha salvado -dice- a medio millón de personas sólo con su beatífica presencia podría liquidar a 3 o 4 millones si hubiera suspendido.
La realidad, prosaica y terca que no prisaica y voluble, nos proporciona las claves para desentrañar el fabuloso equilibrio del bellezón y su troupe. No hay más que contemplar su currículo para diagnosticar: un tipo que es Cum laude por la patilla, presidente por asociación ilícita y narciso de pureza máxima, amén de suertudo histórico sin otro conocimiento vital que la adoración a su persona poco puede saber de notas y méritos académicos porque nunca ha conocido una evaluación rigurosa y objetiva. Por lo tanto, el alumno Petersánchez obtiene un sobresaliente con la promesa que el próximo año será matrícula y después se inventará una calificación que exceda toda excelencia conocida por el hombre y arreglado el asunto, que para eso los expertos independientes (y seguramente independentistas).
Para cualquiera que posea a estas alturas un cerebro con cierta actividad le quedan dos tesis. La primera tiene que ver con la adoración enfermiza de la izquierda por la muerte y sus variantes (aborto, eutanasia, terrorismo y demás dulzuras), con lo que sí, este año ha sido de sobresaliente alto. Y la segunda, también posible, nos lleva a la estrategia de esa misma izquierda y su razón de ser estructural: la mentalidad decimonónica inamovible aplicada al siglo XXI con resultados sobresalientes. Lo habitual, vamos.
Y, por último una posibilidad remota. Peter el establero nos ha hablado en clave, y esta clave determina que lo que ha querido decir en su idioma febril es: si se hubiera presentado a examen -gobernar- él, hombre total, tendría sellado su sobresaliente sin duda, pero la nota obtenida, injusta y deprimente, es no presentado. Y listo, pero si se hubiera presentado...
A pasar buen año, devotos hijos del progresismo. El año siguiente matrícula, Dios nos asista.
Me saco el carnet ya mismo...