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LA ÚLTIMA REVOLUCIÓN

 Terminado el ciclo de la historia queda una revolución pendiente, la única que jamás ha sucedido. Llegará la revolución de las personas normales y corrientes, que son las que sin saberlo han sostenido todas las sociedades y, sin desearlo, han sufrido persecución e injusticia permanente. La revolución definitiva para la libertad verdadera. Viene un nuevo mundo que necesariamente va a excluir a las élites políticas y legislativas, porque ni una sola de las víctimas abandonadas cuando no directamente asesinadas por la miseria, incapacidad y egoísmo sin límites del opresor va a quedar impune.
Un mundo donde el robo, las mentiras, la violencia y la corrupción serán combatidas hasta el final y en todos los estratos. 
Un mundo donde se exigirá la justificación de cada euro prestado al bien común, sin abusos.
Un mundo donde las personas no serán cautivas de otros intereses que los suyos.
Un mundo de iguales donde una persona pueda desafiar y destruir al poder si tiene razón.
Un mundo al imperio de las leyes justas de obligado cumplimiento.
Un mundo sin ideologías, excepto el respeto y la convivencia y la defensa de cada uno.
El mundo que sueles ver cuando paseas por la calle, la justicia que sueles encontrarte a tu alrededor cuando vives entre la gente. No entre alimañas: entre la gente.
Viene la revolución de los mansos, que sufren abuso y no se van a callar más tiempo. Es la hora de cobrar la factura. Gobiernos, políticos, jueces, legisladores: tomad nota de esto, os va a salpicar.
Esa masa revolucionaria está ahí aunque no la podáis detectar. Está cansada y dispuesta y es gigante y es la que da la cara a pesar de todo. Se va a levantar y nos va a devolver la vida, la decencia y la verdadera libertad.
Sabedlo, el tiempo se acaba.