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AGUJEROS

 

Acabará mal porque empezó peor: así de sencillo. Y no hay más a lo que agarrarse ni esperanzas en tal y cual persona. Estamos en un agujero largamente horadado, nunca abandonado, siempre en crecimiento. Los caprichos de cada cual con mando en plaza se han ido engastando en el debate público hasta convertirlo en una farsa irreal, de pesadilla. Si precisamos trabajo nos dan ideologías surrealistas, periféricas. Si comida, alpiste de otra dimensión; vamos desnudos y nos ponen una pancarta, lloramos y nos ofrecen un lema absurdo. Y no sabemos gritar.
Toda la juventud en peligro, todas las vidas truncadas y hablan de quién sabe qué, de sus obsesiones. Esperan y promueven un mundo de locos aduladores que votan porque si, que aceptan cualquier soflama en la triste certeza de que los suyos la han puesto en primera plana. Y pasan los días y las oportunidades, la hora se hace inevitable. ¿Quién nos querrá entonces?¿Quién nos devolverá al camino?
Y las cuestiones fundamentales duermen en arcones olvidados mientras se profundiza en ilusiones insignificantes, banal estrategia de un día más. Tantas voces calladas.
He visto el abismo y está cerca; el viento ha despertado y nos busca. El futuro aúlla dolorido.
Profundo el agujero donde todos caben.