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ABRASIÓN



Tú descansas en los valles prósperos llenos de riqueza, allí donde tú reinas. Caminas despacio por donde el sol riega los fértiles terrenos que te nutren y te garantizan la saciedad, el sustento infinito. Yo espero en la cancela muy cerca del páramo estéril soñando mi propia tierra, no muy seca, no muy triste.
Ronroneas satisfecho mientras sirven; esa es tu ventura y tu deleite. ¿Lo ganaste tal vez? ¿jugaste limpio?. Porque tú, tú, tú ramoneas en las copas de árboles selectos mientras te contemplamos con envidia y sin comprender que te pusimos ahí por imprudencia y porque fuiste fuerte y listo, sin prejuicios. Tú dormitas en la digestión gigante.
Yo busco pequeños frutos en zarzas agotadas y a ti te sirven los grandes señores. Dime:¿repartes tu fortuna al albur?¿cómo llegaste allí? Porque te siguieron las gentes los dioses te miran complacidos, y sonríen. El resto conserva el alma pero pasa hambre.
Pasa hambre. Lo dice la tierra, lo dice el rostro curtido por el sol de la injusticia.
En las noches cálidas se oyen risas satisfechas en la hogueras del valle. Y todos miramos en la lejanía.
Aúllan las bestias que no descansan, pasa el tiempo.
Se borran las huellas.
El tiempo se esfuma, viene el calor.