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PELICULAS CON HUELLA: "EL OJO PUBLICO" (1992)

 



El Gran Benzini es un fotógrafo que recorre las noches buscando cadáveres que fotografiar y vender a los periódicos. Llega siempre antes que la policía y obtiene material morboso instantáneamente. Una viuda que ha heredado un club de su marido le pide ayuda ante un chantaje mafioso. Benzini, enamorado, accede, lo que le lleva a ser protagonista de un asunto peligroso en vez de testigo privilegiado. Con este argumento se construye una fenomenal película (al menos para mí) que resulta ser la mejor interpretación de Joe Pesci, perfecto como indisimulado retrato del famoso fotógrafo Weegee.
Benzini es un enamorado de su trabajo y un maestro, aunque le traten como un carroñero oportunista. Tiene ética y orgullo y es el mejor. Se deja la piel y la dignidad a veces, y sabe que su vida tiene carencias importantes, especialmente en el terreno de las relaciones y el amor. Sufre en silencio este vacío. Al final de la trama, Benzini conoce el amor correspondido y traicionado pero salva su vida, la de su amada y especialmente su reputación; una exclusiva le lleva al reconocimiento profesional y artístico, aunque con un cierto sabor a derrota
Pero lo que hace de esta película interesante es el tratamiento cariñoso y el elogio orgulloso y sin fisuras para el oficio bien hecho, cualquier oficio. Mejor, la elevación a categoría de arte de algo considerado menor y casi indigno de moralistas obnubilados. Un guión inteligente y calibrado, una puesta en escena cuidada y singular y buenos diálogos hacen el resto, lo cual es mucho cuando hablamos de cine. Un montón de buenas ideas se han diluído en la mediocridad al descuidar la narración y el montaje. Y cierta resignación melancólica que le sienta fenomenal a todo el visionado.
Te la recomiendo si quieres comprender y apreciar el gusto de ver una película que te obliga con suavidad y casi sin quererlo a reflexionar y comprender la valentía de creer lo que se está haciendo, de dignificarlo y llevado a puerto con maravilloso éxito y acierto.
¿Una frase? " No se puede apagar...". Y es verdad, no se puede ni se debe, querido Benzini.
Nunca se puede. Que la disfrutes.
(Foto: Filmin).