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TUS MENTIRAS

 



Tus mentiras se clavan en la mente como bolsas de pobreza en el suelo sagrado que habitamos. Estamos sometidos a tí. A tí, que no puedes ofrecer nada que no sea falso y ruín como los sonidos en las noches difíciles de nuestras almas peregrinas, y sin embargo no eres tú sino tu estirpe, tus amos en la sombra, tus hacedores, tus cobardes protectores que nunca dan la cara ni proclaman certeza alguna y no se muestran sino a sus servidores envilecidos por migajas de placer.

Oyeme: los días terminan y las épocas pasan. También ésta, ésta también. Las generaciones que vendrán tendrán sus farsantes pero no tú. Tú serás una tumba vacía y olvidada en el panteón de los pobres seres que pasaron y nada más, un pie de página en cualquier rincón de libros tirados al silencio. Y mañana llegará pero no será tuyo: habrá otros quizá iguales, quizá peores pero no tú que ya marchitas tu legado maldito y gordo de ambiciones y sucio de mentiras.

Ese mañana viene mientras se borran tus huellas del camino y el aire dispersa cada una de las palabras que te han convertido en un grotesco paladín de todo lo que embrutece al hombre. Tus mentiras se clavan a tu alma condenada, estás perdido.

Adiós, adiós, se te acaba el tiempo...