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ANTES DEL FUEGO

 



Se plantó frente a la pared con un tiza en la mano, muy de mañana. Tras una reflexión breve e intensa, empezó a escribir concienzudamente la palabra "paz" sobre el muro, con la lengua fuera en una comisura de los labios para mayor precisión y belleza caligráfica.
Terminó y se detuvo a contemplar la obra; después metió la pequeña tiza en su bolsillo y empezó a correr tan rápido como podía con su pequeño cuerpo.
Llegaron los soldados.
La paz estaba escrita en bellas letras, allí en la desnudez del muro.